jueves, 6 de junio de 2013

Cuerpos en la Arena



Caminando vamos, tomados de la mano,
recorriendo el desierto a pasos lentos.
tu mirada la conozco desde hace tiempo,
tus ojos son el color oscuro del cielo.

El viento nos sorprende junto a unas palmeras,
en inevitable, se acerca una tormenta,
nos dejamos caer entre la hierba que vemos,
nos sujetamos para permanecer quietos.

Tu cabello negro rizado como espirales,
tu boca es dulce y de labios sensuales,
tu cuello es sumamente delgado,
cabe perfectamente en mi mano.

Me miras y me siento invadido por tu ser,
incitas el antiguo deseo de tocar tu piel.
respiro de tu aliento como de tu aroma,
tan sutil como una ave, como una alondra.

De un momento a otro la tormenta pasa,
pero se quedaron nuestras ansias,
nos besamos con furia y pasión
quitamos nuestra ropa para la ocasión.

Comienzo escribiendo con mis dedos de fuego, 
sobre el blanco espacio de arena en tu cuerpo,
rozando la locura con un beso en tu cintura,
pretendiendo detener la lujuria con ternura.

Es más fuerte el deseo,
que un tierno beso,
me alejo de tu cintura,
para voltear a la luna,
y comienzo a beberla con furia.

Tus manos buscan mi cabeza, 
la acaricias con tus dedos,
un ligero sonido corta el viento,
comienza a estremecerse tus adentros.

mis boca se desliza hacia el cielo,
buscando la cima de tu pecho,
encuentro mi destino,
aquel botón ya emergido.

Lo beso a compás lento, 
mientras lo engullo,
su sabor es tan dulce,
como el color fresa que presume.

Las puertas de tus piernas se abren,
mientras mi cadera se une a ese baile,
fundidos estamos en el fuego,
mecemos la ganas de nuestro cuerpo.

Una embestida lenta mientras observo,
como tus ojos me van comiendo,
me toman tus manos del cuello,
deseas entre en tu infierno.

Tan cálido como húmedo el lugar,
tan habido de aguas que son caudal,
la espera por mi centro se detiene,
al entrar en ti y ver como te estremeces.

Un vaivén de deseo somos ahora,
cuerpos en la arena amándose con deseo,
seres que se confunden en el desierto.


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