lunes, 10 de junio de 2013

Tuve un sueño


Tuve un sueño:
tu boca como el resplandor de mi cielo,
mis manos entretejidas en tus cabellos,
tu bajando del oscuro firmamento,
 menguando solo para mí en el recuerdo.

Tuve tu boca pegada a la mía,
con besos lentos y serenos,
 con caricias que iluminaron el cielo.

Tuve tus manos en mi cuerpo,
como lazos que atan el deseo,
como cenizas de un antiguo fuego.

Tuve un momento de para hacerte deseo,
tu gloria de mujer fecunda entre mis dedos,
agua convertida en ansias de ser tocada,
garza refinada y lista para ser devorada.

Tuve a la luna menguando en mi cama,
esparciendo su dulce olor de fina dama,
invitándome a pecar en su pecho,
mordiendo la fruta de tu cuerpo.


Tuve tu boca recitando mi nombre,
tu lluvia mojando mi gloria de hombre,
tus caderas hundiendo mi celo,
tus manos empujándome a tu infierno.

Tuve un vaivén de lujuria entre mis piernas,
la ilusión de prisión efimera en tus caderas,
un huracan revolucionando las sábanas,
un sol eclipsado por la luna y sus ganas.

Tuve un sueño convertido en cuerpo,
tu sombra esparcida en mí y mi cielo,
del cual no he querido despertar,
por miedo a que te puedas marchar.

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