Ahí está ella,
mujer hecha de
tierra,
de piel color
arena,
mujer de boca
perfecta.
Su espalda el
blanco lienzo,
sus piernas tersas
cual velo,
de ojos
oscuros como el café,
de labios
dulces como la miel.
Con los brazos
en el aire,
y una sonrisa
inigualable,
esperando por
su piel,
implorando
llegara el.
Caminando sin dirección
aparente,
esperando por
un caballero sonriente,
lanzando
estrellas como besos,
tirando deseos
sobre el viento.
Ahí va ella en
el sendero,
ave cómplice
del deseo,
Eva hecha de
barro y fuego.
Ahí va con
paso lento,
moviéndose en
el tiempo,
esperando por
un momento,
deseando ser
el viento.
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