jueves, 7 de febrero de 2013

Entre Cadenas

Cae la noche entre la arena,
y siento como tu ser me marea,
ese perfurme que a ti me lleva,
sutil olor que me recuerda mi condena...


Aun recuerdo la noche de mi juicio,
no podría olvidar aquella noche contigo,
fue tu boca la que me dió sentencia,
a vagar por tu cuerpo la noche entera...


Esa noche tus piernas fueron mis cadenas,
atandome a ti y a tu cintura perfecta,
con movimientos suaves en tus caderas,
haciendo en tu ser una caricia placentera...


Fije mi boca con un beso a tu cuello,
mientras mis manos recorrian tu cuerpo,
fue tanto el fulgor que nos perdimos,
entre los sonidos de tus gemidos...


Oleajes hicimos entre las sabanas,
mientras asi matabamos las ganas,
recorrriendo  el cielo en un vuelo,
acariciando el filo de tu cuerpo...


Tus manos fueron la segunda atadura,
con nudos de seda para mi locura,
atandome a la cabecera de la cama,
fiel siervo del deseo para la dama...


Y es que ya tengo un par de cadenas,
con esa mirada coqueta que manejas,
ese impulso de perderme en tus laderas,
y el deseo de bailar en tus caderas...


La luz del dia nos alcanza en la cama,
aun puedo sentir tus uñas en mi espalda,
cuando te desarmo con mi ser dentro,
dejando en ti el naufragio eterno...


Que mas da morir entre tu ser,
si ya probe de ti deliciosa miel,
ahora hecho debil por tus piernas,
solo queda el ultimo canto de sirenas...


Ya tengo puesto los grilletes de tu piel,
producto del deseo que me dejo tu ser,
cuando entre la noche me condenaste,
con un solo beso a tu ser me ataste...

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